¿No es más bien el ayuno que yo
escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de
opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis
todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a
los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo,
lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces
nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto;
e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu
retaguardia. Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás,
y dirá él: Heme aquí.Si quitares de en medio de ti el yugo, el
dedo amenazador, y el hablar vanidad;
y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá
tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Jehová te pastoreará
siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor
a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial
de aguas, cuyas aguas nunca faltan.
Is.58.6.11
Imprimir
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario