y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se
requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.
Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal
humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo.
Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero
el que me juzga es el Señor.
Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también
lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los
corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.
1Co.4.2.5
Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste,
¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?
1Co.4.7
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