Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para
edificación. Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes
bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por
la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.
Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.
Ro.15.1.7
Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de
mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las
obras,
Ro.15.18
Imprimir
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario