Luego dijo a Tomás: Pón aquí tu dedo, y mira mis manos;y acerca tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
Entonces Tomás respondió y le dijo:¿Señor mío, y Dios mio!
Jesús le dijo: Porque me has vistos, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
Jn.20.27.29
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