Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo:
Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también
tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda
carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.
Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero,
y a Jesucristo, a quien has enviado.
Yo te he glorificado en a tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.
Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria
que tuve contigo antes que el mundo fuese.
He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y
me los diste, y han guardado tu palabra.
Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; porque
las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y
han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que
tú me enviaste.
Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo,
sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es
tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos.
Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti.
Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre,
para que sean uno, así como nosotros.
Jn 17.1.11
No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste
al mundo, así yo los he enviado al mundo.
Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que
también ellos sean santificados en la verdad.
Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en
mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como
tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno
en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así
como nosotros somos uno.
Yo en ellos, y tú en mí, para que
sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú
me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí
me has amado.
Padre, aquellos que me has dado, quiero que
donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean
mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes
de la fundación del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha
conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú
me enviaste.
Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a
conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en
ellos, y yo en ellos.
Jn17.15.25
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