Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres,
también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles
de Dios; mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.
A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado;
pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le
será perdonado.
Cuando os trajeren a las sinagogas, y ante
los magistrados y las autoridades, no os preocupéis por cómo
o qué habréis de responder, o qué habréis de decir; porque
el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis
decir.
Cuando uno invita a vivir a Jesús en su corazón, nos
provee del Espiritu Santo que nos hara comprender el camino de Dios para nosotros, a través de Jesús. Poder admitir que uno es un seguidor de Cristo es parte de ese camino, compartirlo con los demás y hacer frente a un mundo de incrédulos es parte del poder de Jesús. Hacer crecer nuestra fe con acciones es estar en el camino. Y aunque en algun momento fallemos o nos sintamos perdidos, Jesús es el que nos rescata, y nos alinea en la vida de Espiritu que elegimos cuando lo elejimos a él.
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