Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido;
más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido
escarnecido, cada cual se burla de mí. Porque cuantas veces
hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra
de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día.
Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre;
no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente
metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude. Porque
oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad,
denunciémosle. Todos mis amigos miraban si claudicaría.
Quizá se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza.
Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán,
y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera,
porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.
Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los pensamientos y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he encomendado mi causa.
Je.20.7.12
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